NUNCA DIERON LAS DIEZ


NUNCA DIERON LAS DIEZ

Caminaba por la habitación de un lado a otro. Nada le interesaba. Solo el deseo de su llegada. Eran las nueve menos cuarto de la tarde. Las estrellas que no podía ver colgaban del cielo sobre su techo, algunas nubes suavemente recorrían su camino bajo las estrellas hacia algún lugar del espacio. El miraba el reloj, las nueve. Se acercó al refrigerador y cogió algo de beber. Acababa de fumarse un cigarrillo. De nuevo en la habitación, otro cigarrillo. Los coches aullaban en la calle pero el no lo percibía. Podía leer un libro, no tenia ganas, ojear una revista, no le apetecía. -¿Porque no sonaba ese maldito timbre de la puerta? Sus pasos resonaban en la habitación pero el no los oía, el cigarrillo le quemo los dedos, lo arrojo al suelo. De nuevo al refrigerador, bebió algo de agua, la garganta le ardia. El sonido de alguna televisión de algún vecino podía escucharse en la casa aunque el solo oía una atormentada sucesión de pensamientos en su cabeza que estaba apunto de estallarle. Se fijo en el reloj de pared del salón, las nueve y media.
-Maldita sea me dijo que llegaría antes de las diez entre las 9 y las 10. Otro cigarrillo. Se echo en la cama, la mirada en el techo, ansioso y atormentado - Ya debía estar aquí.
Agudizo sus oídos, quería sentir sus pasos, su aliento, algún ruido que delatara su pronta llegada pero nada, solo los sonidos de su hábitat, los de siempre, los que le resbalaban hoy y todos los días, tan solo los que pudieran advertirle de su pronta presencia tenían significado para el. Las diez menos cinco. Otro cigarrillo. Lo consumió lentamente, muy lentamente, tumbado en la cama, arrojando las cenizas al suelo. No volvió a mirar el reloj. Ya no darían las diez.




Comentarios

  1. Ya no darían las diez, ya no darían. Me gusta, le sigo, un saludo.

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  2. No, no dieron pero gracias por seguirme un saludo, espero tus publicaciones.

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